La banca española, aún a la cola de Europa en el pago de los depósitos a los particulares
La banca española continúa a la cola de Europa en el pago de los depósitos a plazo a los clientes particulares, a pesar de que en los últimos meses ha elevado el tipo de interés que ofrecen. Las entidades de nuestro país abonan de media un 13% menos que el conjunto del sistema continental, al remunerar un 2,64% frente al 3% de la zona comunitaria.
Los datos del BCE reflejan cómo la brecha existente se ha ido mermando con el paso del tiempo, pero en ningún momento se ha extinguido. Tan solo en Grecia, Chipre, Eslovenia y Croacia los bancos tienen unas tasas más bajas que los españoles. Además, si se compara con los mercados más potentes, la diferencia es mucho mayor. En Francia, los intereses estaban en el 3,36% en julio, última cifra disponible; en Alemania, se situaban en el 3,06%; y en Italia alcanzaban el 3,31%. En Estonia es donde estaban más altos, en el 3,56%.
El sector nacional ha ido poco a poco aumentando los tipos por el ahorro tradicional tras tardar más de un año en trasladar la subida del precio oficial del dinero. En los últimos meses, aunque el euríbor se ha hundido por la nueva política monetaria, ha continuado con las alzas, gracias en parte a la lucha que mantienen distintas entidades por robar clientes a BBVA y el Sabadell, que libran una batalla como consecuencia de la oferta pública de adquisición de acciones (opa) del primero sobre el segundo.
La tardanza en dicho traslado le ocasionó la reprimenda pública del BCE en más de una ocasión y la amenaza de intervención del Gobierno, que afeó esta práctica de las principales entidades en un momento en que sus ingresos estaban creciendo significativamente por el encarecimiento de los créditos y no estaban pagando por los depósitos. El Ministerio de Economía reclamó un informe sobre la situación a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y sugirió un cambio en la regulación si las cosas no cambiaban.
Fuentes financieras señalan que la brecha se irá cerrando en los próximos meses, ya que en España se mantendrá la pelea, aprovechando el entorno que ha dejado la opa de BBVA, y en el resto de Europa los tipos irán descendiendo por las nuevas bajadas de las tasas oficiales por parte del BCE. En junio y en septiembre el organismo redujo los tipos y se espera que lo vuelva a hacer en octubre y diciembre. Ahora bien, las mismas fuentes sostienen que no habrá un aumento de los intereses de los depósitos, sino que la bajada será menos relevante en nuestro país que en otros.
De hecho, el euríbor cotiza en la actualidad un poco por encima de lo que abonan las entidades por las imposiciones a plazo después del desplome que ha sufrido en los últimos sesenta días. El indicador se mueve en la zona del 2,75%, es decir, once puntos básicos por arriba.
Los grandes bancos españoles han defendido en todo momento su posición, señalando que no necesitaban liquidez para operar, que estaban comercializando productos con más rentabilidad a los clientes (fondos de inversión) y cobrando menos por los nuevos préstamos que en la zona euro, principalmente por las hipotecas. De ahí que no hayan puesto en marcha una guerra abierta y sin cuartel por los depósitos en los dos años y medio en los que el BCE ha tenido que actuar para contener la inflación.
Las principales entidades empezaron a mejorar la remuneración a partir del verano de 2023, tras las advertencias de la entonces ministra de Economía, Nadia Calviño, de actuar, pero por norma general sus ofertas han ido dirigidas a determinados segmentos y tipología de usuarios (rentas altas y medias y con una elevada vinculación de productos). Algunos de manera ofensiva, para arañar negocio a los contrarios y otros de forma defensiva, para retenerlo. Tan solo las entidades digitales y de pequeño tamaño lanzaron desde un principio campañas para atraer clientes y actividad, aunque en lo que llevamos de 2024 han venido replegando velas. Por eso han frenado su escalada y han perdido cuota de mercado por primera vez en tres años.