La cesta de la compra de la inflación: menos frescos, más ultra procesados y más marcas blancas
Ya hemos conocido los últimos datos de inflación en España y las perspectivas de crecimiento que nos da la Comisión Europea para el 2024. El IPC ha subido tres décimas hasta el 3,4% en enero por la subida de los impuestos a la energía. Solo en el último mes, la electricidad se ha encarecido un 9,4% y el gas ha subido un 8% de precio, de hecho, estos son los dos productos que tiran hacia arriba de la inflación, junto a los alimentos. En el caso de la cesta de la compra, la inflación de los alimentos sube una décima en el último mes hasta el 7,4%, algo que no ocurría desde el pasado verano. Lo que vuelve a llamar la atención, pero no porque no estemos acostumbrados, sino por el porcentaje de subida, es el aceite de oliva; lidera el ranking de subidas de precios con un incremento interanual del 62,9%. Le siguen a mucha distancia las legumbres (+15%), las frutas frescas (+13%) y las patatas (+12%).
La Comisión Europea, por su parte, ha presentado las perspectivas de crecimiento para España: “Se estima que la economía española se ha expandido un 2,5% en 2023, sustentada por el consumo privado y la inversión. Se prevé que el crecimiento del PIB real se modere, pero aún alcanzará el 1,7% en 2024”, aseguraba hoy Paolo Gentiloni, miembro de la Comisión Europea. Para la Eurozona y la UE, las previsiones no son tan optimistas en los próximos dos años, que se han corregido a la baja un 0,4% en el caso del PIB, y mantienen una previsión de la inflación en el entorno del 2,7%-3% entre ambas demarcaciones para invierno. El Comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios del ejecutivo apuntaba además que “la actividad económica en la UE fue muy moderada a lo largo del 2023” y que esta “desaceleración” viene por una caída del poder adquisitivo.
Cambios en los hábitos de consumo: el auge de las marcas blancas
La organización de consumidores Facua ha lanzado esta semana una encuesta, realizada entre más de 3.000 consumidores, que revela los nuevos hábitos de consumo y muestra que las marcas blancas están convirtiéndose en la prioridad. Tres de cada cuatro familias se han visto obligadas a reducir su gasto en diferentes tipos de productos y servicios para hacer frente al encarecimiento de los alimentos, según una encuesta de Facua a más de 3.000 consumidores. Para Rubén Sánchez, secretario general de Facua, esto tiene una consecuencia: la mayoría de las familias han empeorado la forma en la que se alimentan por culpa del encarecimiento.
Según la encuesta, el 65% ha recortado su gasto en bares y restaurantes, el 58% en viajes, el 47% en ropa y calzado, el 45% en cultura, el 19% en suministros de luz, agua y gas, y cerca del 12% en transportes y en telefonía e internet. Además, el 63% de los consumidores ha sustituido alimentos por otros de menor calidad; el producto más intercambiado por otro de calidad inferior es el aceite (para el 42% de los encuestados), seguido del pescado (37%), la carne (31%) y las frutas y verduras (25%).
