La pesca ilegal del atún rojo, un problema que va desde el pescador al consumidor
Científicos, armadores y administración española han coincidido en que la gestión del atún rojo todavía arrastra un problema histórico que es la pesca ilegal, que la pueden combatir desde los pescadores hasta los consumidores para así garantizar la recuperación y la correcta pesca de esta especie.
Así lo han defendido los representantes del sector este jueves durante su participación en un foro virtual organizado por las organizaciones ambientalistas WWF y PEW, en el que han tratado el futuro de la pesca y del mercado del atún rojo del Atlántico oriental y del Mediterráneo, en un momento clave para la especie y han analizado una futura estrategia de captura.
Sobre la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada del atún rojo, los ponentes han coincidido en que, aunque se ha reducido con los años y se ha logrado garantizar la supervivencia del atún rojo, se trata de un “problema sistémico” que no solo afecta al bienestar del medio ambiente, sino también a aspectos económicos.
“Cuando hay mercado negro de atún rojo, no solamente hay atentado o violación de la legislación contra el medio ambiente, también se dan o se pueden dar delitos como blanqueo de capitales, corrupción, atentado contra la salud pública, contra la libre competencia de mercado, la falsedad documental”, ha expuesto Marcos García Rey, periodista de investigación miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Por su parte, el director de Aquastudio Research Institute, Antonio Di Natale, ha recordado que se trata de un tema “bastante complicado y muy oscuro”, aunque la situación haya mejorado con los años.
“Todos los estados miembros han hecho esfuerzos increíbles para mejorar las cosas. La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) ha trabajado muy bien para poner reglas”, ha expuesto Di Natale, quien ha recordado que hay problemas históricos, como la pesca de peces en sus primeros años de vida capturados por pesqueros artesanales, así como nuevos retos, como la desaparición o sustitución de ejemplares adultos.
Di Natale ha recordado que se realizan inspecciones para evitar ilegalidades, aunque, vista la cuantía que baraja de manera extraoficial (cercana a las 7.000 toneladas anuales de atún rojo en negro), podría haber malas prácticas incluso desde los propios observadores, aunque “no todo el mundo está involucrado”, ha asegurado, al ser una actividad que “parece bastante limpia”.
Durante su participación en el debate, la inspectora jefe de Vigilancia Pesquera, de la Secretaría General de Pesca de España, Esther Boy Carmona, ha asegurado que desde el Gobierno tienen una “administración firmemente comprometida”, que ha hecho “un gran esfuerzo” por controlar la pesquería para que proceda de la manera adecuada.
Ha recordado que desde España han impulsado varias iniciativas que luego han sido implementadas por la ICCAT como buenas prácticas.
Asimismo, ha hecho hincapié en que “no solo hay que hablar y señalar a la pesca ilegal del atún rojo, la responsabilidad empieza en la captura y acaba en el consumidor final”, una “tarea difícil” que implica a “toda la cadena” y a muchos organismos.
En esa línea, todos los ponentes han defendido que los consumidores también pueden formar parte de esta lucha contra la pesca ilegal preguntando en los comercios o restaurantes por la procedencia y la documentación del pescado que compran o consumen.
Una estrategia a futuro
Durante el siguiente panel, dedicado a la Estrategia de Captura a implementar en el futuro, que podría ver la luz en 2022, los ponentes han coincidido en que los cambios son bienvenidos, pero han de adaptarse a las realidades de los implicados.
Esta estrategia es “una manera de administrar (la pesca) con una visión sostenible”, teniendo en cuenta las opiniones de los científicos para tomar las decisiones, ha resumido la Senior Officer de The Ocean Foundation, Shana Miller.
Ha recordado que en este camino se han encontrado con la pandemia del coronavirus, que ha evitado los contactos presenciales, pero ha recordado que esta clase de estrategia se ha aplicado con el atún blanco y otras especies y esperan que siga adelante con esta especie.
Por su parte, el subdirector general de Acuerdos y ORP, de la Secretaría General de Pesca de España, Antonio Lizcano, ha defendido que el primer paso en este proceso es aplicar las normas de la ICCAT y las normas europeas.
La vice-secretaria general de la patronal de armadores Cepesca, Rocío Béjar Ochoa, ha defendido durante su participación que una nueva estrategia es “muy meritoria” y se “podría conseguir una estabilidad en la toma de decisiones”, además de garantizar el no volver a un futuro riesgo de falta de stock, aunque ha recordado que “el proceso se está dilatando”.
Cumplir las normas para la UE implica exigir lo mismo a las importaciones
Durante el acto de cierre, el presidente de la Comisión de Pesca en el Parlamento Europeo, Pierre Karleskind, ha defendido que la clave en este debate está en el cumplimiento de las normas por parte de todos, ya que “no podemos plantearnos reglas internas en la Unión Europea e importar luego productos pescados que no hubieran sido objeto de las mismas legislaciones”.