La UE amplía su investigación sobre la compra de Fitbit por Google para determinar si daña a su competencia
La UE ha ampliado su investigación sobre la compra de Fitbit por parte de Google para determinar si la operación, anunciada en noviembre de 2019, daña a su competencia. Bruselas quiere ver si la adquisición del fabricante de relojes y pulseras inteligentes para hacer seguimiento de la condición física del usuario, dará al gigante de internet más datos para afianzar su motor de búsqueda y su negocio de publicidad.
El citado medio revela que las autoridades de competencia europeas se han dado hasta el próximo 20 de julio para tomar una decisión, después de que diferentes grupos de consumidores hayan pedido bloquear esta operación, que asciende a 2.100 millones de dólares.
El FT detalla que los reguladores comunitarios han enviado dos cuestionarios a los rivales de Google y Fitbit preguntándoles si el acuerdo dañará la competencia, perjudicará a otras aplicaciones de seguimiento de estado físico disponibles en la Play Store de Google o dará a esta compañía más datos de perfil para mejorar sus negocios de búsqueda y publicidad en línea. Los cuestionarios también solicitan a los rivales que evalúen el impacto del acuerdo en el creciente negocio de atención médica digital de Google.
Si el análisis no convence a la UE, Bruselas podría en esa fecha fijada bloquear la operación o anunciar que llevará a cabo una investigación más extensa. Igualmente, podría plantearse autorizarla, pero a cambio de algunas concesiones.
Las investigaciones de las autoridades europeas no es el único escollo que se está encontrando Google para materializar la compra de Fitbit. Unos 20 grupos de defensa de los consumidores, incluidas la organización europea de consumidores BEUC, la Federación de Consumidores de América o el Open Markets Institute, han mostrado hoy su preocupación por esta adquisición, porque ven una amenaza respecto a la privacidad de los datos personales y un serio riesgo de que Google aumente su posición de dominio en los mercados digitales.
La adquisición de Fitbit daría a Google información tan íntima sobre los usuarios como el número de pasos que dan a diario, la calidad de su sueño, las calorías consumidas y sus frecuencias cardíacas.
«Los reguladores de todo el mundo, en particular los que tratan las reglas de la competencia y la privacidad de los datos, deben prestar máxima atención sobre esta adquisición», señalaron las organizaciones en un comunicado conjunto. «La experiencia pasada muestra que los reguladores deben desconfiar de cualquier promesa por parte de las empresas fusionadas sobre las restricciones en el uso de datos. Y deben asumir que Google, en la práctica, utilizará la totalidad del conjunto de datos altamente sensibles, únicos e independientes de Fitbit, en combinación con los suyos», añadieron.
«El riesgo es que Google extienda su imperio de datos del consumidor también a datos médicos vitales«, ha asegurado un experto antimonopolio en Bruselas con conocimiento directo del acuerdo al FT.
Google, por su parte, ha señalado en una breve nota que «a lo largo de este proceso, hemos sido claros acerca de nuestro compromiso de no utilizar los datos de salud y bienestar de Fitbit para los anuncios de Google y nuestra responsabilidad de proporcionar a los usuarios opciones y control sobre sus datos. De manera similar a nuestros otros productos, con wearables, seremos transparentes sobre los datos que recopilamos y por qué. Además, no vendemos información personal a nadie «.
Las 20 organizaciones que se oponen a la compra de Fitbit por parte de Google creen que la adquisición constituye «un test para saber cómo los reguladores abordan el inmenso poder que los gigantes tecnológicos ejercen sobre la economía digital y su capacidad para expandir sus ecosistemas sin control».
El gigante de internet anunció en noviembre la compra de Fitbit por 2.100 millones de dólares y aseguró que esperaba que la transacción se completara a lo largo de este año. Fitbit, que fue una de las empresas claramente pioneras en el negocio de los relojes inteligentes y otros sensores de actividad física, está sufriendo desde hace tiempo una seria amenaza por parte de empresas como Apple, Samsung y más recientemente Huawei y Xiaomi.
El Comité Europeo de Protección de Datos (EDPB), un organismo europeo que agrupa a los reguladores europeos de privacidad, ya expresó en febrero su preocupación sobre la operación.
Ahora, también la autoridad de la competencia de Australia ha mostrado sus dudas sobre la operación estos días atrás y ha señalado que tomará su decisión a finales de agosto.
La compra de Fitbit se le complica a Google mientras está bajo investigación antimonopolio en Washington. El Departamento de Justicia de EE UU, un comité del Congreso y docenas de estados están analizando si la compañía está utilizando su poder de mercado para dañar a otros competidores más pequeños.