Los 7 datos que no debes compartir al navegar o comprar

La pandemia ha disparado las horas que los españoles se pasan navegando y comprando en internet. Algo que aumenta las posibilidades de ser víctima de un robo de datos que acabe vaciando las cuentas bancarias o cubriendo compras fraudulentas.

Pero hay otro peligro que nace del propio internauta: compartir sus datos en abierto en las redes o webs. Así lo ha alertado el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), que ha detectado siete grandes datos que «bajo ninguna circunstancia se deben compartir».

«Antes de compartir algo en internet, hay que tener en cuenta que una vez subido el contenido, el usuario perderá el control de esa información», se advierte desde el organismo oficial. El consejo no va tanto por formularios o trámites digitales, sino por posts en redes sociales o foros de acceso público. 

«Debemos ser cautelosos y conscientes de lo que compartimos», se reitera, porque «puede tener consecuencias muy graves para nuestra seguridad».

De entrada, aunque es habitual que se utilicen para registrarse en webs, no hay que compartir libremente, en sitios públicos, ni el correo electrónico ni el número de teléfono. «Nos exponemos a ser víctimas de spam, phishing y todo tipo de ciberataques», se expone.

Tampoco hay que hacer públicas la dirección o la ubicación en tiempo real. «Es muy peligroso», se afirma, ya que no se saben las intenciones de alguien que pueda estar interesado en dónde se vive, los lugares que se frecuentan o si no se está en casa.

Las fotos de menores tampoco deben compartirse. «No sabemos dónde pueden acabar, ni quién puede tener acceso a ellas», recomendándose tapar la cara. Lo mismo  con fotos comprometedoras,  como de contenido íntimo o sexual. «Tiene un impacto en nuestra identidad digital y debe hacerse con cabeza», se alerta desde el Incibe. Además, se puede ser víctima de sextorsión o ciberacoso.

Otros datos que no se deben compartir son documentos personales como DNI, carné de conducir, contratos de trabajo o datos bancarios. Al revelarlos, uno se expone a una posible suplantación de identidad y uso de datos de forma fraudulenta.

Tampoco es recomendable hacer públicas opiniones, quejas o comentarios comprometidos. Entre compras y experiencias, la red se usa para compartir opiniones, pero también críticas y quejas. «Un comentario subido de tono puede llegar a oídos de personas que pueden sentirse ofendidas o incluso atacadas, y que podrían no tomarse demasiado bien nuestros comentarios». 

El último frente son las conversaciones privadas. Así como no se deben compartir fotos de terceros sin consentimiento, lo mismo sucede con los chats privados, especialmente si tienen datos personales o información sensible que un tercero prefiera no difundir.