Los huertos urbanos continúan en auge
Ser agricultura está de moda, o al menos producir nuestros propias verduras, hortalizas, especias… sin salir de casa es posible gracias a los “mini” huertos urbanos.
En los últimos tiempos, está aumentando el número de personas que deciden convertir sus balcones, patios, cerrazas…, en pequeños campos de cultivo.
Con una pequeña inversión, podemos disfrutar de un mini huerto y obtener productos frescos, naturales y saludables, y además disfrutar de hobby que podrá resultar apasionante.
No obstante, si usted está pensando en sumarse a esta actividad, sería recomendable tener en cuenta las diferentes posibilidades: huertos urbanos de alquiler, huertos compartidos, huertos escolares, o su propio huerto urbano mini.
En este caso, Consumidorex se va a decantar por un huerto urbano mini, que nos dará la posibilidad de tener productos frescos, naturales y satisfacción personal cuando veamos sus frutos.
Este pequeño huerto, lo podemos instalar en un patio, terraza, balcón, o incluso en el alfeizar de una ventana, según las dimensiones de las que dispongamos, podremos cultivar frutar, verduras, hortalizas y especias. Si conseguimos desarrollar nuestro huerto, podemos lograr cantidades adecuadas para el autoconsumo, además también servirá para que grandes y pequeños respetemos el medio ambiente, y nos entretengamos en casa.
Qué necesito, y donde lo puedo encontrar.
Lo primero que necesitarás es el espacio donde cultivaras, por ejemplo un macetero (existen tantos tipos, medidas, diseños…) el elegido dependerá de tus gustos, espacio, tipo de cultivo, etc., lo segundo la tierra para el macetero, el abono, una pala para hacer los agujeros y remover, una regadera, las semillas o plantas a cultivar, donde esto y mucho más lo puedes encontrar en floristerías, tiendas especializadas de jardinerías, tiendas de decoración, centros comerciales, internet, etc.
Los tiestos y las macetas.
Son la opción más económica pero también la más accesible, ya que puede colocarse en cualquier zona de la casa. En este caso hay mucha variedad, desde los más clásicos de barro hasta los de diseño. Si dispones de espacio suficiente, existen cajoneras que permiten cultivos tan diferentes como las zanahorias, patatas, cebollas, tomates.
Si ya sabes que quieres cultivar, y desconoces cual es el tiesto más apropiados, sería recomendable preguntar u orientarte en un establecimiento especializado.
Una versión para aprovechar más el espacio es la de los huertos urbanos mini en escala. Se trata de varias jardineras superpuestas en forma de pirámide. En cada una de ellas se planta un tipo de cultivo, de manera que las de más envergadura vayan en la parte superior.
Luz, factor imprescindible.
La mejor opción es decantarse por un lugar donde al menos durante 6 horas diarias dé la luz del sol. La luz es vital porque el éxito de un huerto radica en el fenómeno de la fotosíntesis. Se recomienda orientar la huerta dirección sur que es la orientación que más radiación solar recibe. Si la terraza o bacón no recibe la luz del sol directamente podemos valernos de una pared blanca para que refleje la radiación. La cantidad de luz solar que necesitan dependerá de la especie, hay plantas que necesitan mucha luz como son los tomates, pepinos o berenjenas y plantas que no requieren tanta luz como son las espinacas, escarolas, acelgas o coles.
El riego es un elemento esencial del cultivo.
Con una regadera o cualquier recipiente improvisado que llenemos de agua será suficiente. No obstante, si el cultivo es ya de cierto tamaño, o si no podemos estar tan pendientes, hay sistemas de autorriego y hasta pequeños invernaderos con calefacción. Además, si tenemos un huerto o macetas, podemos dejar de despilfarrar agua a la hora de ducharnos, ya que normalmente al ducharnos, si no disponemos de grifo termostático, derramamos el agua hasta que esta sale caliente, pero podemos aprovecharla y guardarla en un cubo, y luego utilizarla para regar.
El agua es una de las claves para que un mini huerto urbano prospere. Al tratarse de pequeños recipientes, el riego tiene que dosificarse de manera correcta. La falta de agua puede secar la planta, pero el exceso puede ahogarla. El tiesto debe tener agujeros para facilitar el drenaje y que las raíces no se pudran. Se le puede poner un plato u otro macetero mayor para contener el exceso de agua y aprovechar el resto para más tarde. También es preferible regar a primera hora de la mañana o por la noche.
Cada planta tiene unas necesidades concretas. En caso de duda, es preferible quedarse algo corto que pasarse. La observación de las plantas nos dirá si precisan o no más agua. La lluvia es la fuente idónea, pero si no es posible, se pueden utilizar regaderas o cualquier recipiente, a poder ser con el agua reposada, y tener cerca un grifo. Lo apropiado sería instalar un sistema automático de riego por goteo.
¿Cómo sembrar?
Los primero que tenemos que tener en cuenta antes de sembrar, es la época en las que nos encontramos, y conocer si es apropiado nuestro cultivo y la temporada para la siembra.
A la hora de sembrar se puede hacer de dos formas: de manera directa en el lugar definitivo donde se van a desarrollar o en un semillero.
Si preferimos no utilizar un semillero, lo que haremos es hacer un pequeño hoyo en la tierra depositada en el macetero, y a continuación depositaremos las semillas. Cuando estas empiecen a germinar se deberá eliminar las más débiles y dejar las fuertes.
En semillero se suele utilizar para sembrar las semillas más débiles como son las del pimiento o lechuga que necesitan más protección en su desarrollo. Después habrá que realizar su traspaso a su lugar definitivo.
Reciclaje y reutilización.
La reutilización de objetos empleados como recipientes para los cultivos es una opción más ecológica y económica, sólo hace falta imaginación e idea. Se pueden aprovechar todo tipo de elementos que le darán además un toque decorativo y original a nuestra casa y nos ahorrará dinero: cáscaras de huevo, calzado usado, palés de madera, cajas, libros, botellas, neumáticos, latas, etc.
Ventajas de los mini huertos urbanos.
- Por muy poco dinero se pueden conseguirlos elementos necesarios para cultivar y mantener la producción.
- Al estar en casa se puede estar más pendiente de sus necesidades, y se puede recoger el cultivo en su momento óptimo para disfrutar al máximo de todo su sabor y sus propiedades.
- Proporcionan un apoyo de alimentos naturales y saludables a la dieta y un ahorro económico en la cesta de la compra.
- Se transforman en una actividad de recreo y educativa que puede hacerse tanto en solitario como en familia.
- Pueden ser una forma más de reciclaje doméstico: los residuos orgánicos producidos en el hogar se pueden transformar en abono para los cultivos al utilizar el sistema del compostaje.