Los refrescos aumentan el comportamiento agresivo de los jóvenes, según un estudio
Un estudio estadounidense ha demostrado que el consumo frecuente de refrescos por parte de los jóvenes puede contribuir a un comportamiento agresivo con el paso de los años.
En su investigación, publicada en la revista científica ‘Journal of Adolescent Health’, los psicólogos de la Universidad de Alabama en Birmingham (Estados Unidos) concluyen que el consumo de refrescos es un probable predictor del comportamiento agresivo.
Estudios anteriores han demostrado asociaciones entre el consumo de refrescos y la obesidad y los problemas de salud mental en los adolescentes, y esta nueva investigación resalta otro rasgo negativo en el consumo de bebidas azucaradas entre la juventud, algo que los investigadores consideran un «importante problema de salud pública».
Más agresividad en el futuro
El estudio se basó en entrevistas a 5.147 niños cuando cumplían 11, 13 y 16 años y a sus cuidadores, y se les preguntaba sobre la frecuencia con que consumían refrescos, el comportamiento agresivo y los síntomas depresivos.
Se concluyó que el consumo de refrescos a los 11 y 13 años predijo un comportamiento más agresivo en el siguiente punto temporal. Este comportamiento a los 13 años también significaba un mayor consumo de refrescos a los 16.
El consumo de refrescos a los 13 años, a su vez, se tradujo en menos síntomas de depresión, pero estos no predijeron el consumo de refrescos. Los hallazgos de este estudio sugieren que la disminución del consumo de refrescos en los adolescentes puede reducir el comportamiento agresivo, pero no los síntomas depresivos.
«Paralelamente a las tendencias históricas de aumento del consumo de refrescos, los problemas emocionales de los adolescentes han aumentado entre los años 80 y principios del 2000″, explica a ‘Neuroscience News’ Sylvie Mrug, profesora y presidenta del Departamento de Psicología de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Alabama en Birmingham.
Y esto se convierte en un círculo vicioso. Los resultados se interpretan normalmente en términos de la contribución de los refrescos a los problemas emocionales y de comportamiento, pero es igualmente probable que los problemas de salud mental puedan estar impulsando el consumo de refrescos azucarados, añade Mrug. Los estudios experimentales muestran que algunos individuos consumen más alimentos azucarados en respuesta al estrés y a las emociones negativas.