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Una de las peores caras del COVID

Una de las peores caras del COVID

La pandemia del coronavirus ha arrasado temporalmente con millones de puestos laborales. Por desgracia, miles de familias han visto como un problema sanitario se convertía en una ruina económica para su hogar. Muchas familias que comenzaban a tener un pequeño problema económico en marzo por quedarse sin trabajo, han visto desesperados como sin remedio, han terminado pidiendo para comer.

2020 ha sido un año excepcionalmente complicado que ha quitado más a quienes menos tenían.

La crisis económica provocada por el Covid está golpeando de manera intensa a los más vulnerables de la población, especialmente a quienes carecen de recursos económicos, lo que está multiplicando las peticiones de ayuda a comedores sociales,  bancos de alimentos y ONG.

Y aunque la administración nacional haya aprobado medidas de urgencia (prohibición de cortar la luz, el agua, ayudas al alquiler, paralización de hipoteca…), muchas familias carecen de ingresos económicos para el pago de la cesta de la compra.

Los comedores sociales.

En nuestra región existen pocos comedores sociales, si tenemos en cuenta las diez localidades más populosas de Extremadura, tan sólo encontraremos comedores sociales en Almendralejo, Badajoz, Cáceres, Mérida, Navalmoral de la Mata, Plasencia y Zafra. Pero ello no quita, que su labor sea realmente extraordinaria y excepcional.

Casi todos los comedores sociales de nuestra región han visto triplicarse durante estos meses el número de usuarios, y como ha cambiado el perfil de los mismos.

Los comedores sociales de nuestra región están dirigidos por asociaciones sin ánimo de lucro, congregaciones religiosos o en el caso de Navalmoral de la Mata por el Ayuntamiento.

Desgraciadamente los comedores sociales, no sólo se están enfrentado al incremento de usuarios, también a los protocolos del covid, haciéndoles entrega de una bolsa que contiene comida caliente, agua, fruta, leche y bocadillo para la noche, ampliando sus horarios para conseguir atender a todos las familias.

Quizás el peor cambio ha sido ver como cambiada el perfil de los usuarios, si antes de la crisis el perfil eran personas en riego o exclusión social, con edad avanzada sin posibilidad de encontrar trabajo, ahora son jóvenes un perfil que nunca habían trabajado, o familias, padres y madres que están en búsqueda de empleo.

Extremeños que por primera vez se han visto en la necesidad de acceder a un comedor social. 

Los Bancos de Alimentos

En Extremadura trabajan por un mismo objetivo desde el Banco de Alimentos de la Provincia de Badajoz y el de Cáceres.

El Banco de Alimentos tiene en estos momentos 15.000 beneficiarios en la provincia de Badajoz, unos 1.600 más que en el mes de marzo, cuando se inició la crisis sanitaria, y la demanda sigue al alza, por eso lanza un mensaje claro: «se necesita la ayuda de todos, porque sino, no llegamos».

En la provincia de Cáceres, la situación sigue siendo preocupante, según nos informan, hasta finales de septiembre, han visto como se han incrementado entre un 15 y 19% las solicitud de ayuda alimentaria de familias, con previsión de nuevos incrementos a corto y medio plazo.

Los cambios que ha traído el Covid-19 al Banco de Alimentos

El Covid nos ha cambiado la vida a todos, desgraciadamente al Banco de Alimentos también.

Han incrementado exponencialmente la compra de alimentos, debidos a varios factores, el principal es que no se permite realizar operaciones de recogida de alimentos en supermercado, siendo está su principal fuente de obtención de alimentos. Han disminuido las donaciones de empresas por excedentes, y no se realizan campañas de recogida por parte de empresas y particulares.

Además, han disminuido el número de voluntarios diarios para mantener la seguridad.

A todo estos, hay que sumarle un gastos extraordinario para mantener las medidas de seguridad de sus colaboradores, trabajadores y entidades (mascarillas, geles, guantes, cartelería, termómetros, pruebas serológicas, etc.

Y para colmo de males, la recaudación económica se ha visto afectada al no poderse realizar eventos para recaudar.

Afortunadamente, en el lado opuesto están el aumento significativo de las donaciones privadas y de las entidades.

Sin los voluntarios, los bancos de alimentos no podrían continuar con la labor tan esencial que realizan.

Los bancos de alimentos nunca entregan directamente a las familias o personas necesitadas sus productos.

Habitualmente, el banco de alimentos tanto de Badajoz como de Cáceres, entregan alimentos no pereceros, lo que se denomina reparto en seco, es decir una cesta básica con legumbres, leche, arroz, pasta, tomate, harina, azúcar, cacao, café, latas de proteína animal, normalmente de pescado como sardinas o atún, etc. 

Desperdicio de alimentos en España.

Aunque este año será diferente, durante las Navidades las comidas siguen siendo el centro de estas celebraciones, por lo que supone un incremento de desperdicio alimentario. Nuestro país se encuentra en el séptimo lugar de la Unión Europea que más alimentos tira a la basura, con una cifra de 7,7 toneladas anuales.

De todas estas toneladas, el 42% del desperdicio se produce en los hogares españoles. Se hace necesario un cambio de hábito en los hogares. Hacer una compra responsable teniendo en cuenta el valor nutricional, ecológico y la importancia de apoyar el comercio local. La buena conservación de los alimentos es fundamental para garantizar una mayor duración de éstos. Cocina de “aprovechamiento”. Utilizar los ingredientes que han sobrado de otras comidas y hacer un nuevo plato es una buena opción para no desaprovechar nada y ahorrar. Ajustar las raciones a los comensales que se sentarán a la mesa es otra forma de no desperdiciar comida de forma innecesaria.

La realidad de la vulnerabilidad.

La vulnerabilidad puede afectar a cualquier familia, familias que antes del Covip no habían viviendo situaciones de exclusión, este virus no entiende de clases, ni de fronteras. Este virus ha afectado a todo tipo de personas. La cooperación entre ciudadanos y sociedades es fundamental para superarlo. El esfuerzo de todos es esencial.

No obstante, desde la Unión de Consumidores de Extremadura creemos necesario mejorar el marco público de gestión de los excedentes alimentarios, mediante el establecimiento de la normativa adecuada que permita el aprovechamiento alimentario por las familias con menores recursos económicos.

Desde la Unión de Consumidores, queremos reconocer y apoyar la labor que vienen efectuando las entidades del tercer sector de acción social, al atender las necesidades básicas de las familias.

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