¿Cuáles los alimentos más engañosos del supermercado?
A menudo los compramos pensando que son sanos, puesto que muchos de ellos han llegado a los lineales del súper acompañados de potentes campañas de marketing. Sin embargo, algunos productos que creemos saludables, que pueden ser desde las barritas energéticas a las chips vegetales o todo tipo de promesas light, no son nada recomendables desde un punto de vista nutricional. “Existen determinados alimentos que encontramos en el súper que contienen, aunque no nos demos cuenta, grandes cantidades de grasa, sal y azúcar, que son recursos clave en muchos de ellos”, explica la nutricionista Susana León. “Todos estos ingredientes tienen un denominador común: aportan muchísima palatabilidad, cosa que los convierte en muy atractivos para el consumidor”.
Muchos de ellos se alejan considerablemente del concepto de “comida”, que define Michael Pollan en su libro Saber comer (Debate), una especie de sencilla biblia de la alimentación saludable que recoge los principios básicos para comer bien. «Cada año aparecen 17.000 nuevos productos, muchos de ellos compitiendo por tu presupuesto para comprar comida. Pero la mayoría de estos productos no se merecen que se les llame alimento; yo los llamo ‘sustancias comestibles con aspecto alimenticio'». Para comer de forma saludable, el periodista y divulgador insta, en definitiva, “a evitar las cosas que tu abuela no entendería como comida”, cosa que descartaría, probablemente, todos estos alimentos.
Chips vegetales
“Las chips vegetales empiezan a despuntar como alternativas a las patatas chips de toda la vida, pero debemos leer siempre la letra pequeña porque en muchísimos casos no son saludables. Simplemente se cambia la patata por un vegetal o tubérculo, al que en muchas ocasiones se añade una considerable cantidad de sal, y más tarde se fríen”, explica León. La experta recomienda optar por un consumo moderado y ocasional de estos productos e invita “a preparar las chips de verdura en casa y al horno”.
Postres light
La médico y nutricionista Núria Monfulleda, del centro Loveyourself, en Barcelona, insta a a evitar los postres light o 0%. “Son productos muy engañosos, ya que en muchos casos contienen grandes cantidades de azúcar o edulcorantes, pese a no llevar grasas, como es el caso de algunos flanes o yogures bebibles, que adquirimos pensando que son saludables”. La doctora sugiere escoger siempre yogur natural elaborado con leche entera y sin azúcar, la única opción saludable de la nevera de postres. “La idea es ir acostumbrando al paladar a los sabores menos dulces, de manera que si vamos reduciendo progresivamente el azúcar adicional, llegará un momento en que ya no la necesitemos y aprendamos a disfrutar de los sabores de los alimentos sin necesidad de alterarlos”.
Pechuga de pavo
León señala que “gran parte de las pechugas de pavo que se comercializan contienen un 50% de pavo e incluso menos. El resto son aditivos, muchos de los cuales son azúcares en forma de almidones, además de que suelen contener un aporte de sal bastante alto”. En este sentido, León pone el foco en una confusión habitual entre los consumidores. “Es cierto que el pavo, igual que otros alimentos, es bajo en grasas, pero eso no lo convierte automáticamente en saludable”, del mismo modo que otros productos grasos, como los frutos secos, el aguacate o el aceite de oliva, contienen grasas cardiosaludables muy recomendables para la salud.
Platos precocinados
Pizzas, lasañas, sopas de sobre, canelones y otros precocinados de uso habitual suelen ser, salvo excepciones, “platos muy condimentados, a los que se añaden más grasas y sales de las que solemos emplear para cocinar en casa”, señala León. Es conveniente, por tanto, fijarnos siempre en las etiquetas, puesto que “algunos llevan azúcares camuflados en forma de almidones, y otros contienen salsas a las que se añade directamente azúcar”.
Barritas energéticas
Como en los casos anteriores, León recomienda que nos fijemos siempre en las etiquetas para saber qué estamos comiendo exactamente cuando adquirimos unas barritas energéticas a base de cereales y miel que solemos consumir como tentempié. “En la mayoría de casos son productos procesados muy ricos en hidratos de carbono de rápida absorción, en forma de miel o azúcar blanco. Además, suelen contener grasas, muchas de ellas procedentes del cacao y otras de aceites vegetales. Aunque algunas se vendan como bajas en calorías, lo cierto es que tienen una cantidad elevada de azúcares”, recuerda León, quien señala, en referencia al azúcar, que “no es que contenga demasiadas calorías, sino que metabólicamente no es nada saludable ni recomendable”. En este apartado, Monfulleda recomienda evitar también todas las galletas y bollería que llevan la etiqueta de “sin azúcares”, ya que siguen conteniendo harinas refinadas y, generalmente, aceites de mala calidad, además de que son productos altamente palatables y con un sabor muy adictivo.
Bebidas con zumo de fruta y leche
Un gran éxito del marketing en los últimos tiempos ha sido asociar las típicas bebidas a base de leche y frutas como una alternativa saludable para un público muy sensible: niños y adolescentes. “Se venden como sanos para esta franja de edad a la que le cuesta tomar frutas y lácteos”, explica León, quien recuerda que “en realidad el zumo no es fruta, sino un procesado de la fruta que contiene azúcares muy concentrados de rápida absorción, y me refiero tanto a los zumos industriales como a los licuados naturales”. Por si esto fuera poco, muchos de estos zumos contienen azúcares añadidos, que se suman a aquellos que ya se encuentran de forma natural en la fruta licuada. Lo mejor, recuerda León, “es tomar la fruta entera y a cualquier hora, siempre que nos apetezca, para aprovechar la fibra y beneficiarnos de sus hidratos de carbono de absorción lenta, altamente saciantes”. Monfulleda, por su parte, coincide con León en la necesidad de evitar los zumos en todos los casos. “Incluso aquellos que presentan un packaging con apariencia de saludable y se nos venden como detox siguen siendo insanos”.
Hamburguesas de soja
Muchos de estos procesados a base de soja, como las hamburguesas de seitán y otros derivados de esta legumbre, suelen ser productos ultraprocesados y, por tanto, nada saludables. La OMS es concluyente al respecto, y señala que el consumo de ultraprocesados, que está desplazando las dietas tradicionales alrededor del mundo, genera efectos alarmantes sobre la salud. Si nos apetece una hamburguesa vegetal, lo mejor es que la preparemos en casa u optemos por una marca o restaurante de calidad, evitando las ultraprocesadas, que suelen llevar grandes cantidades de grasas y aditivos.