La rebaja de la luz que planea el Gobierno incrementará en 80 euros por hogar la factura del gas y de la gasolina
Ingresar 7.000 millones de euros por parte de las eléctricas hasta 2025 para aliviar la factura de la luz en los consumidores españoles. Esa es la intención que tiene el Gobierno tras redactar el primer borrador del anteproyecto de ley del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE).
No obstante, tal y como adelantó este periódico, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no tiene tan claro que esto se pueda conseguir tan fácilmente. En concreto, el supervisor recalca que la modificación del mecanismo de financiación, que pasarán a pagarlo las empresas y no los clientes, puede tener un impacto final en los consumidores energéticos en lugar de en las comercializadoras ya que éstas pueden trasladar el coste de las aportaciones del propio fondo a los precios finales de las facturas.
En este sentido, la CNMC, en su primera valoración del anteproyecto de ley, asegura que a pesar de que puedan existir problemas a la hora de abaratar los precios por cómo puedan distribuir los costes del fondo a los consumidores, el precio a los clientes descenderá hasta un 11%, dependiendo de la potencia contratada y siempre que las compañías no carguen otros costes adicionales.
De acuerdo con la información aportada por el regulador, en 2025 la factura eléctrica de los consumidores medios conectados en baja tensión se reducirá entre el 9% y el 11% (entre 11 €/MWh y 17 €/MWh). Asimismo, la factura eléctrica de los consumidores electrointensivos se reducirá entre el 2% y el 5% a (entre 1 €/ MWh y 7 €/MWh) dependiendo del nivel de tensión al que estén conectados.
Así, teniendo en cuenta que la factura media en una vivienda de dos personas es de 936 euros, la estimación de la CNMC es que el recibo caiga hasta los 869 euros. Es decir, que habrá un descenso de unos 67 euros.
El FNSSE propone que las compañías energéticas paguen más a proporción de de las ventas de los comercializadoras en función de las emisiones de CO2 a la atmósfera. O lo que es lo mismo: aquellas compañías que vendan más materias primas mucho más contaminantes, tendrán que aportar una mayor cantidad. Algo, que como ya contó este periódico, provocó recelo dentro del propio sector.
Este reparto tendrá un impacto en el precio final de los consumidores de energía, en la medida en que las comercializadoras de gas, electricidad, operadores al por mayor y distribuidoras de GLP y productos petrolíferos, trasladen dicho coste o una parte del mismo al precio final que paga el consumidor, según la CNMC.
La CNMC estima que el anteproyecto de ley provocará que la factura del gas se incremente en un 3%. En concreto, el regulador estima que la factura media pasará de costar 869 euros a 936 euros, pasando a ser el cuarto recibo más caro de Europa.
Lo mismo ocurre con el precio de la gasolina. Dependiendo de los escenarios que maneja la institución dirigida por Cani Fernández, los consumidores finales en el año 2025 podrían estar soportando un gasto en hidrocarburos líquidos superior al actual en más de cuatro céntimos de euro por litro o en más de seis céntimos de euro por litro.
O dicho de otra manera. De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), el kilometraje medio de un coche español es de 24.000 kilómetros. Si se aplican los diferentes estadios que contempla la CNMC, el titular de un vehículo que consuma seis litros cada 100 km y recorra las cifras estimadas por el INE, su gasto anual en carburante se verá incrementado en 2025 desde los 52 euros/año hasta los 82 euros/año.
Así, si se suman los costes adicionales que acarreará la creación del nuevo fondo en gas y carburante y se resta el ahorro de la factura de la luz, el español pagará unos 80 euros más, consumiendo las mismas cantidades de energía que hasta la fecha.